jueves, 25 de agosto de 2011

Dos días en Gredos

A pesar del intenso calor y de las tormentas repentinas de esta segunda mitad del mes de Agosto, decidimos poner rumbo hacia una de las más espectaculares sierras de España: La Sierra de Credos, no sin antes consultar las previsiones meteorológicas que nos esperaban. 

Partimos el martes 23 al medio día rumbo la plataforma de Gredos con el objetivo de dormir en la Laguna Grande de Gredos, una marcha que ya había realizado en mi infancia, en uno de esos campamentos de verano que se realizan en la población próxima de Hoyos del Espino. Esta vez, como si de un relevo generacional se tratara, nos acompañaba un adolescente de 13 años. 

La aproximación al refugio nos llevo unas 2:30h con parada para comer incluida, una marcha algo incomoda por la calzada de la misma, pero sin mucho calor ni dificultad alguna. 

En torno a las 18:00 llegamos al refugio donde nos refrescamos y observamos estupefactos el gran paisaje del circo de Gredos, con sus cimas y su gran Almanzor dominante sobre las demás cimas, el cual nos aguardaba hasta el día siguiente.

Pudimos asistir a un enfrentamiento o juego entre dos grandes Cabras Montesas, las cuales nos recitaron una autentica lucha entre ambas a escasos metros de nosotros.

Sobre las 21:00 acudimos a la llamada de la cena para así acostarnos pronto y poder madrugar al día siguiente.

Pronto, a las 7:00 AM sonó nuestro despertador para preparar la ascensión al Almanzor, tras un buen desayuno tomamos rumbo por detrás del refugio hacia la cima con sus 2592 metros que no tienen nada que envidiar con muchas cimas pirenaicas. 

Siguiendo los hitos que marcan el poco sendero existente, llegamos poco a poco a una gran lengua que te lleva al Nevero del Almanzor, con nieve a pesar de encontrarnos casi en el mes de Septiembre, optamos por rodearlo para evitar su degradación. Allí giramos a la derecha hacia la Portilla del Crampón dejando el Almanzor también a la derecha, para atacarlo por su cara norte, tras una subida por un pedregal gigante, en torno a la 1:40 llegamos a los pies de la cima, tras unas trepadas no muy difíciles pero algo expuestas, llegamos a la cima, una pequeña plataforma de piedra donde hay que turnarse para ir haciéndose  la foto protocolaria junto al punto geodésico que nos indica la altura del mismo. 

Pero ahora venia lo mas divertido, destrepar todo lo anterior, aunque llevamos una cuerda “por si las moscas” realizamos el destrepe con cuidado y paciencia sin mucha dificultad, “en invierno es imprescindible la cuerda y hay un par de anclajes o parabolt  para facilitar el destrepe”.

Tras esto queda el descenso por el inmenso pedregal, el cual destroza un poquito nuestras rodillas, regresando por el mismo camino que la ascensión. Una vez llegamos al refugio, empleando un total de 4 horas, comemos algo y sin perder mucho tiempo tomamos rumbo a la plataforma en algo menos de 2 horas, para darnos un baño fresco en las piscinas naturales de Hoyos del Espino.





















Alex